Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12 RVR)

Desde niños, muchos de nosotros en algún momento u otro hemos experimentado el miedo a la oscuridad. La oscuridad o tinieblas producen en nosotros ansiedad y temor, ya que nuestro sentido de dirección y seguridad se encuentran amenazados ante posibles peligros. En el reino animal existe un insecto llamado la mariposa nocturna. Aunque los científicos desconocen el motivo, la mariposa nocturna vive en una permanente atracción hacia a la luz. Una de las teorías acerca de su irresistible atracción hacia la luz es que la misma es su único método de navegación. La mariposa
nocturna ha desarrollado una técnica de navegación que le permite volar a grandes distancias en medio de la noche en línea recta sin desviarse de la fuente de luz que persigue que usualmente es la luna. El único desafío que enfrentan estos insectos es que tienden a confundirse y a desviarse para seguir otras fuentes de luces artificiales como lo son: los postes de luz, las luces de los carros y muchas perecen por causa de trampas que utilizan la luz como carnada.

La Palabra de Dios enseña que toda persona que no ha conocido a Dios vive en tinieblas y en una ceguera espiritual que lo mantiene esclavizado al pecado. Sin embargo, al
instante que alguien recibe la revelación del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, éste es traslado de las tinieblas a la luz y de la esclavitud a libertad total del poder del pecado. El mundo, Satanás y aún nuestros propios deseos egoístas tratarán de desviarnos del camino y del cumplimiento del propósito de Dios en nuestras vidas. La buena noticia es que Dios ya te ha sellado con su Espíritu Santo y El mismo te guiará a toda verdad y justicia a medida que continúes desarrollando tu relación con Él a través de la obediencia a su Palabra tus citas y conversaciones con El día a día.

Hoy Dios te invita a tomar la decisión de no permitir que ningún pensamiento de culpa, dolor, ansiedad, depresión o ninguna otra cosa te impida seguirle. Ya que El desea que
experimentes el regalo del amor y el gozo eterno de la salvación, que se produce en una vida que ha sido iluminada por su gracia.

“Gracias Señor, por la revelación de tu Hijo Jesucristo en mi vida. Hoy de todo corazón y con toda mi alma confieso que deseo ser tu más fiel seguidor. Espíritu Santo sé tú mi guía e ilumina las áreas de mi vida que necesitan ser cambiadas para así no desviarme y seguir a la fuente inagotable de luz que me produce vida, mi amado Señor Jesús”.  Amén!

Lectura Devocional:  Juan 3:16-21